Por éstos lados salen muy seguido, acompañados de puré, arroz o fideos, o simplemente como entrada/aperitivo/antojo con limón y alguna que otra mayonesa creativa.
Lo más importante es elegir bien el atado de acelgas que tenga unos buenos tallos, no muchas manchas negras y no muy finitos, y lavarlos bien.
Después, siguiendo más o menos éstos pasos, ya estarían prontos para deleitar.
En un recipiente:
Mezclás 1 o 2 huevos (depende del stock de tallitos)
Le podés agregar un poquito de leche a esa mezcla y algún condimento de tu preferencia.
En otro:
Mezclás semillas varias, avena, harina, polenta, sal y todo lo que te guste...
O simplemente volcás pan rallado.
Cortás, seleccionás, lavás y "emprolijas" (sacás lo marchito) cada tallito de acelga.
Sumergís cada uno en la mezcla líquida y luego los pasas por la mezcla seca.
Los colocás en asadera bien aceitada y les echás un poco más por arriba una vez todos colocados.
Llevás al horno moderado.
Estarán prontos cuando se hayan dorado de ambos lados.
¡Tarán!
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