La culpa

Inauguro éste espacio, medio terapéutico - medio informativo, con un temón... léase con moderación, abiertos mente y corazón, opinen si gustan. ¡Bienvenid@s!

Se habrán escrito cientos de artículos sobre éste tema, este gran tema, este y la maternidad.
Y de su relación. He leído algunos, unos desde adentro otros desde afuera, pero hoy no vengo a traer los porqués, las razones, los orígenes, sino simplemente a hablar de ésto. Bueno, a escribir.
Tratando de no entrar en detalles, pero haciendome entender, generando empatía, como si realmente cualquier lector pudiera sentirlo. Aunque cómo todo y sé que suena bastante cliché "hay que vivirlo". Si sos madre seguro lo viviste, lo vivís, por mínimo que sea, por más segura que seas. Algunas somos un poco más exageradas, otras lo disimulan muy bien, algunas se convencen y otras se intentan convencer.
La culpa está ahí y aunque no sea toda nuestra, nos la apropiamos más que cualquier otra cosa.
Culpa. Por no dar lo suficiente, por dar demasiado, por estar muy presente, por no estar lo necesario, hasta por estar y no estar al mismo tiempo.
Por querer ser mejor y no auténtica, por ser auténtica y no mejor.
Por descuidar. Por cuidar. Por no saber bien la diferencia.
Por hacer las cosas "bien" y por también hacerlas "mal".
Por hacer caso a lo que te dicen. Por no seguir ni un consejo. 
Por querer que: se duerman, coman, jueguen solos, hagan "caso", dejen la teta, los pañales, nuestra cama. Y culpa porque: no se duermen, no comen, no pueden jugar solos, no hacen o hacen demasiado caso, necesitan la teta, los pañales y el calor de nuestra cama.
Porque todo es nuestra culpa. Y también culpa por esto mismo, por sentir culpa.
Culpa porque a veces no sentimos culpa.
Y ni entremos en detalles. Culpa desde el vamos, por buscarlo o no buscarlo.
Por parirlo por adelantado.
Por no dar la teta. Por dar "demasiado".
Por mandarlo a su cuarto. Por colecharlo.
Por usar cochecito y no haberlo porteado. Por haberlo mal-porteado.
Por no darle caramelos. Por darle para chantajearlo. Por hacerlo vegetariano.
Por haber caído con el payaso.
Y culpa por lo que podría pasar. Culpa por las dudas. Porque seguro será (en parte) nuestra culpa.
No puedo evitar detenerme a pensar, motivos evolutivos conservados, memorias inconscientes, traumas familiares, vidas anteriores, religiones, tradiciones o la propia crianza.
Y otra vez culpa, por criar en la culpa.
Aunque dicen que ya el hacernos conscientes ayuda. Eso espero.
Al final ser madre era mucho más complicado de lo que pensaba, porque encima de todo lo tangible, lo orgánico, lo visible. Está todo esto que no se ve, que no se sabe, que debe indagarse, cuestionarse, concientizarse.
Aun así no lo cambio por nada, ni por las grandes o mínimas culpas, porque más allá de que un día conocemos a la personita más increíble y todo lo que eso implica... es la oportunidad para el más grande viaje de auto-conocimiento que puedas hacer jamás, y eso seguro tiene que ser muy bueno.
No sólo para uno, ni para dos sino para el mundo.




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