Crêpes de colores y formas (+ postre de yapa)

En realidad no sabría decirles si son crêpes u omelettes... o capaz que panqueques.
Bueno, ésta especie de masa finita digna de rellenar con lo que sea, es una gran aliada cuando queremos una cena libre y sin estrés.
También cuando tenemos varias cositas en la heladera y no sabemos muy bien con qué comer.

Tarán!

Qué le da el color? El ingrediente principal. En nuestro caso:
VERDE = Espinaca/Acelga
FUCSIA = Remolacha

Y qué le da la forma? Básicamente algún recipiente con lo que puedas volcarlo... e imaginación obvio! Segurísimo que hay maneras más profesionales (como un molde o contar con un artista plástico) pero no se olviden que a la par vamos maternando, hay que sintetizar.

La elección

Entonces rápidamente les cuento cómo los hice:

* Primero que nada licué 3 huevos, 1 taza de leche o agua, un poco de sal y un poquitin de aceite de oliva con: 1 atado de acelga/espinaca (verde) o 3 remolacha (fucsia). Para los verdes en crudo nomás o previa cocción en vaporera si se quiere, para los fucsia previa cocción en vaporera (si tenés tiempo) y sino en agua hasta que se ablanden un poco y no corras el riesgo de romper la licuadora...

* Segundo que nada le agregué a la mezcla anteriormente obtenida, 2 tazas de harina, en el vaso de la licuadora nomás pero removiendo bien para unir. También probé con 1 taza de harina y 1 taza de avena previamente licuada, convertida en harina digamos. Si tenés y querés, podés agregarle 1/2 taza de queso rallado y le da un buen toque.

* En los casos que no me quedaba muy "volcable" la mezcla le agregué más leche... a ojo sí, pero tratando de no perder "cremosidad" ni excederme en "liquidez". (Oh qué términos, chefs verdaderos abstenerse!)

* Finalmente calenté un sartén con un chorrito de aceite (de oliva usé yo) y cuando estuvo bien caliente, bajé el fuego al mínimo y volqué desde el vaso de la licuadora y traté de esparcirlo por todo el sartén... o desde el recipiente de mostaza que usé para hacer el contorno de la forma que quería (corazón, estrella, auto) y después rellené la figura.

* Tapé y controlé. Cuando finalmente se despegaba lo daba vuelta con espátula.

* Serví con diferentes rellenos: mezcla de atún y mayonesa (no muy sanito pero bueno...); salsita de morrón, cebolla de verdeo, aceite, soja, sal, ajo y perejil; repollo y zanahoria en tiras salteadas con oliva y semillas de calabaza; queso-tomate-albahaca; queso blanco con hierbas varias (perejil, ciboullette, albahaca, romero)... pero acá sí que va a gusto del consumidor y de los "requeches" de la heladera, jeje.

El buffet

Uno con mucho amor...

YAPA: El postre en ésta ocasión fue un delicioso helado casero de banana, kiwi y yogur natural, todo mezclado y al freezer por 3 h mínimo. ¡Chin chin!


¡Espero que los disfruten, buen provecho! 

Hamburguesas de brócoli (o brocoburgers)

Buenas buenas! Después de tanto tiempo retomo publicando algunos borradores y les comparto algunos piques porque aunque el blog esté pausado las improvisaciones por acá siguen en marcha... sobre todo desde que un integrante de la familia se nos hizo casi-vegetariano y la tasa de creaciones veggie viene en aumento.
Ésta vez y recién saliditas del horno (literalmente)... *brocoburgers*


Si tuviera más tiempo (la ciencia me llama) les contaba de las mil y un propiedades del brócoli, pero seguro ya las saben o las pueden leer aquí... lo que sí no voy a dejar de mencionar es que no sólo es una fuente importante de hierro sino que además favorece su correcta absorción, así que es uno de los ingredientes estrella para hacer una veg-burger!
Miles de recetas van a encontrar por "la internet" pero yo personalmente no me quise arriesgar a fracasar porque la verdad no le tenía mucha confianza a este vegetal, en cuanto a su textura como para hamburguesear... entonces probé improvisando como para tener el margen de error (personal) bien amplio.
Sin embargo los resultados fueron ¡sor-pren-den-tes! Ojalá les guste tanto como por aquí...
...va receta y buen provecho!

Ingredientes utilizados:
1 ramillete de brócoli (ésta vez tocó uno grande)
2 huevos
1 taza de avena
1 taza de harina (de trigo usé yo)
1 taza de salvado
1/2 taza de queso rallado
2 cucharadas de sésamo
1 cucharadita de sal (de ajo usé yo)
Aceite de oliva

Procedimiento realizado:
* Corté el ramillete de brócoli en "arbolitos pequeños" y cocí con vaporera.
* Los licué un poco nomás con los huevos.
* Los mezclé con todos los demás ingredientes y formé bolitas que luego aplasté.
* Metí al horno fuerte con 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva, hasta que estuvieron bien doraditas como me gustan a mí...
* Apagué el horno, las dí vuelta y las dejé adentro unos 10 minutos más.
* Serví con un simple arroz con queso... y fueron un éxito! 😉
  
¡Salú!

El miedo

Si no tuvieras miedo, ¿qué harías?

El tan temido. Porque a veces es peor el miedo al miedo, que éste en sí mismo.
Y no estaría mal sentirlo, de hecho es lo que de alguna manera nos mantiene vivos. Y nos ha mantenido durante siglos.
Evolutivamente una batería de sustancias nos han ayudado en ésto. Pero el problema aparece cuando se nos va de las manos, se expande su justa medida, su función se distorsiona. Debido a múltiples factores físicos y de los otros, situaciones particulares, como por ejemplo y obviamente: la maternidad.
Es muy difícil escribir sobre algo que todavía trabajo, pero haré el esfuerzo... y sin miedo.
Existen infinitos miedos, que derivan de uno sólo y que tienen que ver con la integridad de nuestros retoños. Que a medida que pasan los años van disminuyendo... a medida que aprendemos sobre todo a confiar en nuestras capacidades y en ellos mismos. Son miedos que incluso pasan desapercibidos, que están ahí latentes y que cuando somos padres, aparecen.
También hay miedos nuevos, esos que no sabíamos que alguna vez seríamos capaces de tener, cosas que nunca pensamos que podríamos temer. En mi caso cuando me enteré que esperábamos a Salvador, mi cabeza hizo un clic y todos los miedos que solía tener desaparecieron, o los hice desaparecer. Mi cabeza de alguna manera los suprimió o reprimió... y fue peor entonces cuando el niño llegó. Afloraron todos de una. Sumado a la situación puerpérica en cuestión.
Incluso no fue fácil su organización. Sí, porque uno de alguna manera organiza sus miedos, no?
No tenemos miedo a todo en todo momento. Se supone que estamos "diseñados" para sacar el miedo en el momento justo. Pero la cosa no es tan fácil como seguir un protocolo y la mente humana ya sabemos que, bueno, sabemos muy poco en realidad.
Después están los miedos que tienen que ver con uno, que siempre los tuviste y ahora se acrecientan dado que otro ser humano depende de vos, o los nuevos que aparecen por esta misma ultima razón.
Miedos racionales, que decís este miedo esta bueno tenerlo mientras dure el potencial peligro por ejemplo, miedos irracionales que su razón de ser es tan compleja, que bueno, los clasificamos así.
Y de éstos mismos tenemos miedos que van y vienen, o miedos que se estancan y es muy difícil sacarlos. Incluso después te queda el miedo al miedo, miedo a volver a vivir ese miedo que tanto te paraliza o que al menos te incomoda en determinados momentos.
Que hacemos cuando se nos descontrolan los miedos? Y... una opción puede ser hacer alguna terapia, la que quieras, convencional o alternativa, orgánica u holística. Indagar o meter mano en la cuestión de alguna manera va a ayudar. O al menos es lo que en principio empezó a dar resultado por aquí.
Quedarse en el miedo, no evitarlo, pensarlo, decodificarlo.
Tratar de entender a qué viene, por qué viene, para qué viene, de dónde viene... si lo tapas corres el riesgo de que en alguna situación salga a flote, y quizás no de la mejor manera, como todo lo que se acumula y después es más difícil de sanar.

Stefanie.